Carpaccio de salmón ahumado con salsa suave de mostaza y miel

Ponemos a cocer el huevo en una olla pequeña durante 12 minutos. Pasado ese tiempo, lo dejamos en un bol con agua fría. Mientras, elaboramos la salsa que dará el contrapunto perfecto al carpaccio de salmón ahumado.

Para la salsa, mezclamos en un bol la miel y la mostaza hasta que veamos que la primera pierde consistencia. Añadimos el aceite en hilo, removiendo constantemente para conseguir una emulsión ligera. Incorporamos sal y un toque de pimienta. Espolvoreamos con el eneldo, reservando algunas ramas para decorar. A continuación, añadimos el zumo de limón y mezclamos hasta que todos los ingredientes estén integrados.

Probamos la salsa y rectificamos de sal. Si resulta demasiado fuerte, podemos añadir más aceite para suavizarla. Esta salsa se puede preparar con varias horas de antelación y guardar en el frigorífico hasta su utilización. De esa forma, los aderezos estarán más integrados y la textura será más homogénea. Eso sí: hay que sacarla de la nevera al menos una hora antes de utilizarla.

Pelamos las zanahorias y, utilizando el mismo pelador, las cortamos en tiras muy finas. Pelamos también el huevo, una vez frío, y lo rallamos. Quitamos el hueso del aguacate y lo cortamos en rodajas muy finas.

Con todos los ingredientes preparados, llega el momento de emplatar. Para ello disponemos en el fondo varias piezas de salmón ahumado sin que se superpongan, cubriendo la totalidad del plato. Vertemos un poco de salsa sobre ellos, y a continuación ponemos un montoncito de rúcula sobre el salmón. Sobre esta, colocamos tiras de zanahoria. Espolvoreamos una cucharada de huevo cocido rallado sobre el conjunto y añadimos dos o tres cucharadas de salsa, hasta que veamos que todo el conjunto está impregnado.

Rallamos sobre cada plato un poco de corteza de limón, y decoramos con una ramita de eneldo y dos rodajas finas de aguacate. Servimos inmediatamente, ¡y a disfrutar de la mezcla de sabores!